Podríamos decir que la Autoestima es la valoración que hacemos de la imagen que tenemos de nosotros mismos. Esta actitud va a determinar el grado de bienestar que sintamos con nosotros mismos, con nuestras relaciones con los demás y por lo tanto con nuestra vida.
Es importante que si nos planteamos valorar nuestros puntos débiles tengamos una actitud respetuosa al considerarlos, utilizando un lenguaje no peyorativo, específico y que tenga en cuenta las excepciones.
Por ejemplo, si nos equivocamos en una tarea específica, en vez de decir (o pensar) por ejemplo, “Soy nefasta cocinando”, puedo decir (o pensar) “La cocina no es lo que mejor se me da. Aún me queda mucho que aprender”. Esta valoración y actitud no afectaría de forma negativa a mi autoestima, sino que me ayudaría a valorar mi potencial y poder mejorar mi confianza en la cocina en un futuro.
En vez de decirme “Soy miedoso. No sé defenderme” puedo decirme “Me cuesta defenderme con mis jefes. En otras situaciones no tengo problema”.
Identificando formas de actuar y pensar que nos llevan a tener una baja autoestima…También es importante considerar nuestras cualidades y valorarlas positivamente. Hay personas que son conscientes de sus cualidades pero las infravaloran, en cambio, sus defectos son sobrevalorados en exceso. Del mismo modo, hay personas que son comprensivas con los demás y empáticos con sus errores y , en cambio, a sí mismos no se perdonan ni una o piden disculpas una y otra vez cada vez que cometen el más mínimo error. Esta actitud se confunde con amabilidad pero en el fondo, se están haciendo un flaco favor a sí mismos, se están castigando injustamente y dañando su autoestima.
Podríamos concretar las claves de una sana autoestima en las siguientes:
- Amor y aceptación de uno mismo tal y como es:Tener la certeza de que uno es válido incondicionalmente. La persona con una autoestima sana no necesita gustar a los demás para gustarse a sí misma. Confía en sus propios sentimientos y en su criterio interno.
- Confianza en uno mismo:Confiar en nuestras emociones, sensaciones y apreciaciones genuinas, lo que quiere decir no guiarse a merced de las opiniones externas, sino mostrarse abierta y naturalmente a los demás. Así como confiar en nuestras posibilidades y afrontar los problemas y miedos a pesar de la incertidumbre o el temor.
- Ser críticos con nosotros mismos de una forma sana:Las personas con una autoestima sana también poseen un crítico interno como las que muestran una baja autoestima, pero no se castigan o condenan sus errores y fracasos, sino simplemente se corrigen y se animan a mejorar en la siguiente ocasión, se automotivan y controlan las emociones como la frustración, el miedo o la vergüenza. Su crítico interno, critica su conducta, pero no a sí mismo como persona.
- Sentirse independiente:No mostrarse dependiente de los demás a la hora de tomar decisiones y seguir nuestro propio camino. Difícilmente una persona con una autoestima sana entrará en relaciones manipulativas y abusivas, ya que, aunque disfruta del reconocimiento y el refuerzo de los demás, no lo busca ni lo necesita imperiosamente. Una autoestima sana se podrá ver afectada por las circunstancias pero no dependerá de ellas.
- Tener objetivos y enfocarse en ellos:Persistir y esforzarse para conseguir nuestros objetivos y ser coherentes con nuestros valores personales, a pesar de las dificultades o nuestros miedos.
- Apertura con los demás: Rodearnos de personas que nos aprecien y valoren por como realmente somos y nos traten con respeto.
- Optimismo. Entendido como una actitud frente a los diferentes aspectos de la vida
“¿Te has sentido identificado al leer las características de las personas con una sana autoestima? Si es así, te animo a hacer hincapié en estas fortalezas y si, por el contrario, consideras que no muestras estas actitudes hacia tí mismo, la buena noticia es que puedes poner en práctica y entrenarte para mejorar desde ya mismo.
En Consulta Psicológica Despertares somos expertos en ayudar a sanar autoestimas dañadas.”
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