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Todos hemos padecido alguna vez los celos, bien porque los hemos sentido, bien porque hemos convivido con alguna persona celosa. Los celos son una respuesta emocional que sienten algunas personas ante una percepción de amenaza, real o no, y que puede afectar a algún vínculo interpersonal. El miedo, real o imaginario, a la pérdida, la angustia y la falta de control se suelen esconder detrás de estas reacciones emocionales.

Los celos no se dan exclusivamente en las relaciones de pareja. También se pueden dar entre amigos o entre hermanos. La persona celosa siente miedo a perder la relación o el beneplácito de aquella o aquellas personas que son importantes para ella.

Sentirlos no es una patología en sí misma. Hasta cierto punto es normal que en pareja surjan estos temores, sobre todo cuando la relación no está consolidada. Cuando éstos superan lo que se puede considerar como razonable, hablamos de celotipia. El miedo a perder una relación es tan grande que se puede caer en el control obsesivo del otro.

Los celos patológicos

Algunas personas llegan a obsesionarse por el temor a la pérdida de la relación con la persona objeto de sus celos. Esto les impulsa a espiar, a controlar las llamadas y mensajes, a no tolerar la vida social de la otra persona… Esta patología, conocida como celotipia, está motivada por la inseguridad y la desconfianza. Ese estado de vigilancia y control continuos puede llegar a provocar la ruptura de la relación.

Los celos patológicos producen un gran sufrimiento, tanto en la persona que los siente como en la que padece sus consecuencias. Si no se pone remedio a tiempo, la relación corre el riesgo de romperse.

En estos casos, se produce lo que denominamos la profecía autocumplida: la persona celosa tiene tanto miedo de perder a su pareja que actúa de tal forma que la relación se puede acabar destruyendo. La persona celosa, que desarrolla una visión distorsionada de la realidad, se reafirma en su desconfianza. Con esa actitud se crea un círculo vicioso difícil de romper si no se busca ayuda psicológica.

Celos en pareja

En ocasiones, algunas personas experimentan una cierta preocupación ante la posibilidad de una ruptura sentimental, sin motivo aparente. Esto nos puede llevar a sentirlos. En este caso, estaríamos hablando de “celos sanos”, si solo suponen un miedo leve ante una posible pérdida.

Los celos sanos no inducen a la persona a pensar o actuar de forma irracional ni a imaginar situaciones inexistentes. Tampoco nos llevan a controlar a la persona ni a espiarla. No provocan un malestar intenso ni afectan especialmente a la relación.

Sin embargo, los patológicos se pueden considerar como un trastorno, ya que pueden llegar a obsesionar a la persona que los padece. La consecuencia es que la persona celosa se comporta de forma hostil, dominada por la autocompasión y la inseguridad.

Las personas celosas no siempre son conscientes de su problema y tienden a pensar que sus celos son normales. Sin embargo, es importante analizar nuestro comportamiento para reconocer si somos o no celosos. Es el primer paso para superar el problema con ayuda psicológica.

Estos son los comportamientos más frecuentes de una persona con celos patológicos en pareja:

  • Temor excesivo a perder a la pareja.
  • Miedo continuo a ser engañado.
  • Control meticuloso del comportamiento de la pareja, buscando indicios de infidelidad.
  • Vulneración de la intimidad, mirando los mensajes de móvil, por ejemplo.
  • Aversión hacia los amigos de la pareja, especialmente los del sexo opuesto.
  • Enfado con la pareja si hace planes sin incluir al otro miembro.
  • Conclusiones sobre una posible infidelidad a partir de pequeños detalles.
  • Sufrimiento o malestar cuando la pareja no está físicamente cerca.
  • Llamadas frecuentes para controlar a la pareja.
  • Malestar cuando la pareja tarda más de lo habitual en llegar.
  • Pensamientos continuos sobre infidelidad.

¿Por qué se producen los celos obsesivos?

Las causas son muy variadas y dependen de factores que pueden tener su origen en la infancia. Por lo general, en la base de los celos obsesivos hay inseguridad, baja autoestima y falta de confianza en uno mismo.

En muchos casos, la inseguridad tiene su origen en la infancia, por alguna carencia emocional y afectiva. Los niños que no se sienten protegidos y queridos por sus progenitores tienden a ser adultos inseguros. En otros casos, la inseguridad puede deberse a una experiencia traumática vivida con una pareja anterior y que no hemos superado.

Sin embargo, también se ha observado que ciertas características de personalidad, como la necesidad de control, la tendencia a exagerar la realidad o la falta de habilidades sociales, pueden influir en los celos. Este tipo de personas tienden a ser emocionalmente dependientes.

Los celos en los niños

Los celos en los niños son una respuesta emocional propia de esta etapa del desarrollo. El niño necesita sentirse protagonista y captar la atención de los padres. Aunque se pueden considerar normales, conviene enseñar al niño a gestionar sus emociones para que los celos en los niños no se conviertan en un problema en la edad adulta.

La rivalidad o los celos entre hermanos son una emoción primitiva por una necesidad de supervivencia. Por este motivo, en ocasiones los niños se sienten celosos ante la llegada de un hermano e intentan llamar la atención de los padres. En este sentido, fomentar la tolerancia y la autoconfianza ayuda a contrarrestar sentimientos de inferioridad que provoquen celos entre hermanos.

Si no se gestionan bien, los celos en niños pequeños ante la llegada de otro hermano suelen manifestarse con comportamientos como éstos:

  • Querer de nuevo el chupete o el biberón
  • Hablar como cuando era bebé
  • Pedir que le den la comida en la boca o lo paseen en sillita
  • Aumento de las rabietas
  • Comportamientos agresivos hacia el hermano o hacia los padres
  • Hacerse pis o chuparse el dedo
  • Llamadas de atención en forma de desobediencia
  • Alteraciones del sueño, pesadillas y miedos nocturnos
  • Disminución del rendimiento escolar

Son reacciones normales si no se alargan demasiado en el tiempo. Ante esta situación, conviene manifestar cariño y apoyo al niño, evitando reñirle.

Cómo superar los celos con ayuda psicológica

Contar con ayuda psicológica es importante a la hora de superar los celos patológicos. Los celos se pueden trabajar tanto de forma individual como en terapia de pareja, siendo esta última la más recomendada si la celotipia se presenta en una relación de pareja. En la terapia se analizará el origen de los celos y el desarrollo de los mismos a lo largo de la historia de la persona, así como el momento presente. También se estudiará en qué circunstancias se presentan, cuál es la respuesta de las personas presentes, etc.

Si los celos tienen un origen traumático, en ocasiones, se puede aplicar la técnica EMDR, que es una técnica muy indicada para el correcto procesamiento, a nivel cerebral, de las emociones dolorosas del pasado.

En nuestros centros psicológicos de Madrid, Móstoles, Leganés y Getafe tenemos amplia experiencia en problemáticas relacionadas con celos. Si te sientes mal y piensas que necesitas ayuda, pide tu cita gratuita en tu Despertares más cercano. Como dice nuestro lema, “te ayudamos a ayudarte”.

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