La sociedad en la que vivimos está globalizada y la tecnología ocupa un lugar muy importante en la vida de las personas. Dentro de la tecnología móvil, destaca, por su número de usuarios, la aplicación whatsapp. Un uso moderado de esta app no trae ninguna consecuencia pero, ¿Qué ocurre cuando basamos nuestra comunicación en ella? Te comento lo usos (y abusos) que suelo atender en consulta y las problemáticas que se generan.
Última conexión: Permite que te controlen a que hora te acuestas o te levantas.. (existen estudios que afirman que el 95% de las personas utiliza el móvil una hora antes de dormir). Si estás en un lugar con cobertura, si has podido ver un mensaje de whatssap. Que tipo de uso haces del whatssap, etc. Ninguna de estas opciones es objetivamente veraz, de ahí los múltiples problemas que se originan. Problemas que viene de las interpretaciones que hacemos de la información que tenemos. Por ejemplo. Una última conexión a las 6:00 am puede indicar que te has levantado a esa hora, que a esa hora te has acostado o que te despertaste y te volviste a dormir…Las personas inferimos que ha ocurrido en función de la información que disponemos, pero sin embargo en muchas ocasiones nos equivocamos y surgen los problemas.
Mensaje de buenos días: Es muy bonito ver que tu pareja se acuerda de ti cada mañana y te envía un mensaje, pero ¿que pasa si un día no puede? Si no se ha creado la necesidad de hacerlo, nada. En ocasiones ese mensaje tiene una doble lectura, ver que tu pareja te ha escrito y la hora a la que lo ha hecho (esto sin hablar del contenido que ya sería otro post). Y a partir de ahí volvemos a inferir…Por ejemplo: No me lo manda porque no se ha acordado, o porque no quiere, porque está con otro/a, porque está enfermo/a… el abanico de opciones es tan grande como situaciones posibles en cada caso.
Discutir por whatsapp: Las broncas y discusiones telefónicas y en persona han descendido mucho desde la llegada masiva del whatssap. Ahora las hacemos por este medio. Nos podemos tirar horas mandando mensajes fríos (por el medio que es) y haciendo que el conflicto aumente. Y aquí claramente hacemos interpretaciones erróneas (por mucho emoticono que se emplee), ya que nos faltan otros elementos fundamentales en el diálogo como son el timbre de voz, la mirada, la postura corporal y la expresión emocional que nos llega a través de la expresión facial. En muchas ocasiones, las consecuencias finales son agotamiento psicológico, y un conflicto magnificado por el no entendimiento mutuo.
Espero que te haya interesado y lo tengas en cuenta en tu uso diario de esta herramienta.
Saludos 🙂