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No cabe duda de que los meses de verano, con las vacaciones y el buen tiempo, son los más propicios para el ocio y para retomar e intensificar nuestras relaciones sociales con familia, amigos y conocidos; contactos y relaciones un poco relegadas o abandonadas por los horarios, la rutina y el trabajo en el resto de los meses. Si bien podemos encontrarnos con ‘personas negativas’ en cualquier entorno y época del año, la mayor actividad social en el periodo estival aumenta la probabilidad de que nos enfrentemos a situaciones desagradables motivadas por el comportamiento de este tipo de personas.

Pero ¿a qué llamamos ‘persona negativa’?

En general, son personas para las que todo está mal y/o se quejan continuamente. Y que, por ello, nos generan malestar y cierto rechazo de manera casi inconsciente.

¿Qué podemos hacer ante una situación con ‘personas negativas’?

Quizás nuestro primer pensamiento sea alejarnos de esas personas. Sin embargo no siempre es fácil: podemos alejarnos de un desconocido (o conocido) que presente mala actitud o que tenga problemas para manejar su ira, pero no es tan sencillo alejarnos de un padre, madre, hermano, esposa, un amigo o un colega del trabajo con actitud negativa.

Por ello, un enfoque más práctico para tratar con personas negativas es intentar entender lo que está originando esa negatividad. A veces, la negatividad puede tener sus orígenes en el temor a ser despreciado por los demás, el miedo a no ser amado por otros y la aprensión a que le puedan acontecer consecuencias negativas.

¿Qué convierte a una persona en ‘negativa’?

En algunas personas, sus miedos se alimentan unos de los otros llegando a generarse la creencia de que el entorno en el que interactúan es un sitio peligroso y la gente que les rodea tienen malas intenciones. No es difícil entonces entender por qué muchas personas con estos temores experimentan dificultades para confiar en otras personas.

Con frecuencia, para una persona negativa, es más fácil culpar a los factores externos, a otras personas, al ambiente o incluso a la suerte más que a sus propias actitudes negativas. En consecuencia, cuando somos personas negativas tendemos a tener pensamientos del estilo:

  • “Si las personas se dieran cuenta de mi verdadero valor…”
  • “Si la gente y el mundo no fuesen tan peligrosos…”
  • “Si mis seres queridos y colegas se comportaran como yo quiero que lo hagan…”.
  • Y luego podrían añadir “… sin duda sería feliz”.

Tener este tipo de pensamientos puede surgir de una necesidad subjetiva de control de la situación y al no darnos cuenta de esto puede llevar a la persona a tener planteamientos, pensamientos y conductas autodestructivas y de autosabotaje.

La manera de sentir y actuar de una persona negativa la aleja de conseguir el respeto, el amor y la percepción de control que tanto anhela.

¿Cómo podemos ayudar a una persona negativa?

Una persona negativa necesita ayuda y se la podemos proporcionar. Una forma es no accediendo a sus peticiones o no permitiéndole tener un control excesivo o con demostraciones incondicionales de amor que tanto desean. Debermos hablar con ella para intentar que sea capaz de identificar el origen de su negatividad y que vea cómo influyeron sus acciones en términos de sentimientos, pensamientos y conductas. Y, por supuesto, que vea cómo piensa, siente y actúa en el momento presente. Así verá donde está y cómo se fraguó el germen de su negatividad y porqué ahora es una persona negativa. Las personas negativas no suelen responder bien a las críticas constructivas. Son personas que, en general, no estarán dispuestas escuchar y mucho menos a aceptar esta retroalimentación.
Ante esta situación, las opciones que tenemos, se pueden limitar a o bien aceptar la negatividad de esa persona y esperar que las cosas mejoren (actitud que no mejorará la situación), o bien recomendarle que se plantee si la intervención de un psicólogo profesional le puede ayudar a sentirse mejor identificando las causas que generan su negatividad.

Tratar con personas negativas es sin duda algo difícil que requiere paciencia y comprensión, pero también es importante que nos mantengamos en nuestro lugar. No debemos dejar llevarnos por la negatividad de otras personas y debemos intentar actuar pensando en que cada uno es responsable de su propia felicidad, que en la vida y en cada momento hay prioridades y que ser maduro muchas veces implica tomar decisiones difíciles.

También es importante que nos conozcamos bien a nosotros mismos y que tengamos la suficiente humildad para detectar nuestra propia negatividad. Pues, muchas veces, las dificultades que surgen para lidiar con la negatividad de otro pueden ser provocadas por nuestra propia negatividad. La terapia individual puede ayudarte a identificar las causas que generan tu negatividad y a gestionar las actitudes que ésta te genera. Contacta con Despertares para pedir tu cita. Recuerda que la primera sesión es gratuita y que nuestros Centros de Psicología están situados en los barrios de Delicias y Retiro (en Madrid capital) y en Leganés, Móstoles y Getafe.

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