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Uno de los aspectos más importantes para desempeñar bien un trabajo es el ambiente que le rodea. Si un trabajador se siente valorado y respetado por sus compañeros, subordinados y superiores, sus tareas le saldrán mejor. Además, estará más a gusto en su día a día. Pero no siempre es así. Por cualquier motivo o cambio, todos podemos sentirnos menospreciados, acosados o maltratados en nuestro trabajo. Es decir, sufrir lo que se denomina mobbing o acoso laboral. Si no se le pone remedio puede llevarnos no solo a una pérdida de la confianza en nosotros mismos. También a sufrir otro tipo de problemáticas como ansiedad, depresión, estrés, ataques de pánico, etc.

Este tipo de acoso no siempre se produce siguiendo el mismo patrón, ni se da en un único ambiente. Lo pueden ejercer los compañeros de trabajo, un jefe o varios e, incluso, un equipo completo de subordinados. Puede tener su origen en diversos motivos. Por ejemplo, un ascenso mal recibido por un compañero, un cambio de jefe o la envidia entre compañeros.

En ocasiones es difícil de detectar, bien por su origen o porque, en un principio, es de baja intensidad. Pero las consecuencias son, si no se detecta y pone freno a tiempo, las mismas. Un trabajador aislado, acomplejado, inseguro y, con frecuencia, con problemas serios para poder desempeñar su trabajo.

Muchas veces pide la baja para terminar con la situación, o cambia de empresa tratando de dejarlo todo atrás. Si piensas que puedes estar siendo víctima de mobbing, necesitas identificarlo adecuadamente para poder responder y hacerle frente. No solo las situaciones que pueden llevar a él. También sus tipos.

Tipos de mobbing o acoso laboral

En función de quién o quiénes lleven a cabo el acoso contra otro trabajador, el mobbing puede ser de tres tipos: horizontal, ascendente o descendente.

El primero se da cuando uno o varios empleados acosan a otro del mismo nivel jerárquico en la empresa. Los motivos que llevan a este tipo de mobbing pueden ser variados, pero generalmente son provocados por celos o envidia hacia otro. Bien porque desempeñe su trabajo mejor, porque sea diferente o porque no acepte cómo se relacionan o funcionan los demás. También por problemas personales entre el acosado y sus compañeros. El caso es que se da con más frecuencia de lo que puede parecer a simple vista.

El mobbing ascendente es el menos frecuente. Se produce cuando un grupo de subordinados acosan a un jefe o mando intermedio. Puede deberse a diversos motivos. Entre ellos, la contratación de un jefe de un equipo que no es aceptado por ellos. También por el ascenso de un empleado a un puesto que le otorga un nivel jerárquico superior con respecto a los que hasta entonces eran sus compañeros. Si estos no lo aceptan, comienzan los roces y las situaciones de acoso no tardarán en llegar.

Quizá el más frecuente de los tipos de mobbing es el que se da por parte de un jefe hacia un trabajador bajo su mando. Es decir, el jefe acosa al empleado, generalmente para intentar que deje la empresa.

Cómo detectar el mobbing

Generalmente, el mobbing comienza a raíz de un conflicto: un ascenso no aceptado, un jefe al que no le cae bien un subordinado, envidias en un equipo de trabajo, etc. En un principio puede ser de baja intensidad, por lo que es bastante complicado detectarlo cuando empieza a producirse. Pero hay señales inequívocas de que algo no va bien cuando se producen una o varias de las siguientes situaciones:

  • El trabajador no puede expresarse con normalidad, bien porque se le grita, se le ignora o se le interrumpe cuando habla de manera constante. Se le prohíbe dirigirse a otros compañeros.
  • Su trabajo recibe críticas constantes por parte de compañeros, superiores o subordinados.
  • Una o varias personas, ya sean compañeros o jefes dejan de hablarle, le intentan aislar, actúan como si no estuviera, le desprecian o prohíben a otros que se dirijan a él.
  • Sus superiores le encargan tareas sin fundamento o demasiado pesadas o humillantes. Incluso pueden dejar de darle trabajo y tenerle todo el día sin hacer nada.
  • Comienzan a circular por la empresa mentiras y calumnias sobre el acosado. Los acosadores también pueden difundir rumores para ridiculizarlo o hacer que parezca un perturbado, con la intención de menoscabar su imagen.
  • El acosado recibe amenazas físicas y verbales, que pueden transformarse en agresiones, incluso sexuales.

Si sospechas que puedes estar siendo víctima de acoso laboral y entre estas situaciones detectas una o varias que te están sucediendo, debes intentar tomar medidas para acabar con él lo antes posible.

Evitar el mobbing y acabar con él

Lo mejor para acabar con el mobbing es detectarlo cuanto antes aunque, como hemos mencionado, puede resultar complicado al principio. Bastará con notar un comportamiento anormal en las relaciones con los compañeros o con un jefe, así como con los subordinados. Si empiezan a cuestionar tu trabajo, a hacerte el vacío o escuchas mentiras sobre ti, no lo dudes. Toma medidas antes de que el problema se convierta en algo más serio.

Lo primero que tienes que hacer es tratar de documentar todo lo que está pasando para tener pruebas. Después busca apoyo en tu entorno: familia, amigos, compañeros de trabajo, etc. Si el acoso es horizontal, no dudes en acudir a tu jefe a contarle lo que está pasando. Habla con algún representante sindical en tu empresa, o acude directamente a un sindicato. Si tienes suficientes pruebas, denúncialo ante la autoridad competente.

Ten en cuenta que es probable que los acosadores lo negarán todo e, incluso, buscarán el apoyo de algún superior, además de echarte la culpa a ti de lo que sucede, cuando en realidad eres la víctima.

Es importante que no pierdas el control ni los nervios, puesto que es precisamente lo que buscan. Y trata de hacer copias de todo tu trabajo y documentos, o de registrarlo de alguna manera. En ocasiones, los acosadores se dedican a eliminarlo o modificarlo para hacer quedar mal a su víctima, así que hay que evitarlo.

Si el acoso es muy grave y no ves la manera de pararlo, puedes solicitar un cambio de puesto. Si no puedes, intenta cambiar de trabajo. Tampoco dudes en buscar apoyo y ayuda profesional si estás experimentando los efectos del mobbing. No solo en el terreno jurídico, sino también en psicológico, ya que sufrir acoso laboral puede ocasionar que se pierdan de vista tus objetivos profesionales. En estos casos es recomendable acudir a expertos en este tema que te ayuden a encontrar de nuevo el rumbo.

 

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