Es un hecho que los niños en edad escolar necesitan relacionarse con otros niños de su misma edad. Esas relaciones sientan las bases de su capacidad para relacionarse con otras personas en su entorno, sentando unas pautas que se mantendrán a lo largo de su vida y ayudándoles a formar su personalidad.
Cuando los niños no pueden integrase con normalidad, cuando sienten dificultades para relacionarse con otros niños, pueden aparecer problemas de integración social que es necesario tratar a tiempo para evitar consecuencias mayores, como pueden ser dificultades en el desarrollo emocional e intelectual en los más pequeños.
Los niños con esta problemática pueden acabar solos, evitando todo tipo de relación, lo que les puede conducir a desarrollar ciertos deficits y limitaciones en la su personalidad. Es por ello que este problema merece especial atención.
Las principales causas que pueden conducir a un problema de integración social son:
- Un niño tímido y con pocas habilidades sociales debido a la falta de experiencia para aprender dichas habilidades, puede conducir a un problema de integración social.
- Si el niño está pasando por una etapa difícil de su vida, debido a ciertas situaciones de su vida que le llevan a sentir tristeza, la irritabilidad o el aislamiento pueden derivar en que sus relaciones con el resto de los niños sean limitadas o escasas, pudiendo llegar a evitar del todo el contacto con ellos.
- Hay niños que por su comportamiento, resultan pesados para otros niños de su edad y por ello pueden ser objeto de rechazo dentro del grupo.
- El aspecto es uno de los factores más determinantes de la falta de integración social. Lo diferente generalmente es rechazado. Los niños diferentes suelen ser objeto de burlas y bromas, por lo que ese niño puede llegar a desarrollar serias dificultades para relacionarse con los demás.
Para detectar la existencia de este tipo de trastorno psicológico en los niños es necesario observar su comportamiento. Un síntoma de la posible existencia de este problema es la presencia de apatía y falta de entusiasmo en los niños, quienes empiezan a no querer ir al colegio, y no tienen ningún interés por realizar ningún tipo de actividad académica llevándole a una pérdida de atención importante que puede desembocar en un fracaso escolar.
En estos casos es recomendable contar con la ayuda de un profesional capaz de iniciar un tratamiento adecuado para ayudarles a desarrollar las estrategias necesarias para conseguir una relación e integración social saludable. El primer paso consiste en realizar una minuciosa evaluación de las capacidades y carencias que presentan los niños con problemas de integración social. En este paso del tratamiento, es importante determinar la presencia de posibles discapacidades físicas, que sean la causa de la falta de integración social como pueden ser problemas en el habla o la vista.
Una vez descartada la hipótesis de discapacidad física como causa del deficit en relaciones sociales, es necesario analizar las circunstancias personales de los niños afectados tanto presentes como pasadas así como y el ambiente en el cual se mueven. Es posible que relaciones con ciertas personas, como otros niños con una personalidad mucho más dominante, pueda ser la causa de cierto retraimiento del niño.
Un punto muy importante en el tratamiento en estos casos lo constituyen las familias y los docentes. Es conveniente que los psicólogos tengan una comunicación fluida con los padres y los profesores del pequeño afectado para poder establecer entre todos una estrategia común y coordinada de actuación.
Un niño bien adaptado, capaz de superar los problemas, de hacer frente a diversas situaciones, con una personalidad fuerte, es la base para un adulto resolutivo y capaz en todos los sentidos. Prestar la suficiente atención y ayuda a los más pequeños en los momentos iniciales de su desarrollo es vital para ayudarles a solucionar cualquier problema facilitándoles el camino en su vida futura.